Nos llama a abrir nuestro corazón y descubrir que Dios nos ama, que
realmente somos sus hijos, que cada día de nuestra vida hemos sido tratados con
misericordia… Solo reconociendo y experimentando lo que es ser tratados como
hijos amados, se ensanchará nuestra capacidad de amar gratuita y
misericordiosamente a los demás.Para más recursos pincha en la imagen
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