Juan, mediante unos relatos profundos y valiéndose de
señales que los demás evangelistas no narran, nos ha dicho ya que Jesús, es Dios y hombre, es el Agua viva
y la Luz del mundo. Este domingo
culmina diciéndonos que Jesús es la Vida,
donde Él está no triunfa, ni puede permanecer, la muerte.Esta vida se manifestará en todo su esplendor en
la Pascua, fiesta central de los cristianos. Tan importante en nuestra vida
que, cada año, dedicamos cuarenta días a prepararnos para vivirla plenamente.
Que esta semana podamos descubrir esos rincones
que están “muertos” en nuestra vida y experimentemos la voz de Jesús que nos
llama a salir, a abandonar sepulcros viejos, y a vivir alegre y plenamente la
vida que se nos regala. Porque somos seguidores de la VIDA.